¿Cómo se pueden proteger las PyMEs de la inflación?

En los últimos meses, la inflación (el aumento generalizado y sostenido en los precios de los bienes y servicios) ha sido un tema de preocupación para muchos países: en términos generales incrementa los costos de vida y disminuye el poder adquisitivo de la moneda.

Hay varios factores que contribuyen a la inflación, como la escasez de recursos, la demanda excesiva, la devaluación de la moneda y las políticas económicas. En México, hasta la primera quincena de febrero de 2023, la inflación llegó a 7.76%. Pero, ¿cómo impacta la inflación a las empresas?

Efectos de la inflación en las empresas

Desde luego que las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) no están exentas de las consecuencias negativas de la inflación; el aumento de los precios de los insumos y materias primas representa un impacto directo en los costos de producción y por lo tanto disminuye los márgenes de utilidad, mermando así su capacidad para competir en el mercado.

Además, la inflación afecta directamente la demanda de los productos y servicios de las PyMEs, ya que cuando los precios aumentan, los consumidores pueden tener menos dinero para gastar y pueden elegir productos más baratos ofrecidos por los competidores.

Otro efecto negativo es la incertidumbre económica que genera, ya que las PyMEs pueden tener dificultad para planificar y predecir sobre sus utilidades a largo plazo, disuadiéndoles de invertir en nuevos proyectos o crecimiento.

Este es un fenómeno complejo y su impacto y gravedad varía dependiendo de la región y el país, por lo que es necesario monitorearlo de cerca y tomar medidas apropiadas.

¿Cómo pueden enfrentar las PyMEs la inflación?

Después de la pandemia por COVID-19, los consumidores cambiaron su comportamiento. Esto se ha visto potenciado por el fenómeno inflacionario, ahora prefieren marcas que respeten el medioambiente, buscan mayor calidad y durabilidad, prefieren lo local y muestran mayor interés por los comercios electrónicos.

Ante estas tendencias y los riesgos que implica el proceso económico de la inflación, las PyMEs pueden implementar las siguientes 6 estrategias:

1. Monitorear los costos: Deben analizar de cerca sus costos y buscar formas de reducirlos, como negociar mejores precios con proveedores o adoptar tecnologías más eficientes.
2. Diversificar el portafolio: Esto puede ayudar a reducir la dependencia de un solo producto o de un solo mercado.
3. Mejorar la eficiencia: Al implementar una mayor eficiencia operativa, pueden aumentar su rentabilidad.
4. Innovar: Buscar innovación en los productos y servicios permite que se diferencien de sus competidores en un mercado que es sensible a cambiar.
5. Buscar opciones de financiamiento. Ante la falta de liquidez, pueden acercarse a instituciones financieras que les ofrezcan Crédito Empresarial para expansión, compra de insumos o maquinaria. Adelantar el cobro de las ventas a crédito también puede ser una gran opción, si lo que requieren es efectivo inmediato para reactivar su operación.
6. Poner a trabajar el dinero. El alza en las tasas de interés puede jugar a su favor si optan por invertir. El Pagaré bancario es una herramienta de bajo riesgo, ya que al tratarse de una inversión de tasa fija, desde el principio sabrán cuánto van a obtener y cuándo lo van a recibir, además el plazo es elegible a su conveniencia. Los rendimientos recibidos pueden ser el impulso extra que el negocio necesite.

La inflación es un desafío que afecta a todas las personas y empresas. En este último caso, también puede verse como un motor para replantear la administración del negocio, mejorar procesos, buscar nuevos caminos y mercados e incluso tomar la decisión de buscar liquidez en una solución financiera a la medida, en todo caso, la estabilidad a largo plazo es el objetivo.

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